sábado, 7 de enero de 2012

Correr en el presente



Hoy corrí sin música.

La mayoría de las veces que corro por algún lugar, una calle, un parque, un cerro, una cinta en el gimnasio, los audífonos blancos me acompañan y una buena banda sonora es parte protagonista de kilómetros y kilómetros recorridos.

Muchas veces me refugio en los acordes, en el ritmo, en la velocidad de la música que me acompaña. Me emociona, me anima, me inspira, me motiva, es un todo que me acompaña y que hace que mis dos pasiones, música y deporte, estén fundidas en un solo instante.

Pero hoy corrí sin música, lo cual lo hace ser una experiencia diferente. Una cosa es correr, la otra es tener una experiencia. Correr sin música implica algo diferente, quizás lo más importante es que el nivel de concentración es diferente, pero hoy, no mejor dicho hace algún tiempo, pero hoy lo reflexioné, mientras corría, sentí realmente el sentido de correr sin música.

Cuando no llevas tus oídos cubiertos puedes llegar a sentir cada detalle de lo que vas haciendo. Por una parte vas sintiendo el ruido de cada paso que golpea el piso, sientes tu propia respiración, sientes tu braceo, pero hay algo más importante, sientes lo que está pasando a tu alrededor. Sientes la vida alrededor. Sientes el ruido de una ciudad, sientes el ruido de la gente, sientes el ruido de los autos, sientes el viento, sientes la vida, sientes el aire,… es como una motivación para que los 5 sentidos se conecten en un todo.

Particularmente, hoy corrí recorriendo por completo la península de Manhattan, y tuve la oportunidad de sentir el ruido de la ciudad de Nueva York comenzando un día. El ruido de sus autos, su gente, el mar golpeando la rivera, el ruido del metal de los grandes puentes, un tren, un ferry, la gente conversar, la gente correr a sus trabajos,… la ciudad estaba despertando.

Pero aquí hay algo diferente. Cuando corrí sin música hoy, lo asimilé a tener los 5 sentidos puestos en lo que estaba viviendo. Y a su vez lo asumí como un paralelo a vivir la vida en el presente. Que quiero decir?..., es decir, no hay nada que te desvíe la atención, sino que lo que está pasando en el momento. Sentir cada paso, sentir mi respiración, fue como entender que vivir el presente de forma intensa es lo importante. Pueden existir miles de cosas que te unan al pasado y miles otras que te conecten con planes de futuro, pero lo importante es vivir plenamente el presente. Y esa fue la sensación de correr sin música hoy, de estar viviendo cada milésima de segundo presente, con cada detalle, con cada ruido, con cada aroma, con cada sensación, con los 5 sentidos puestos en lo que estaba pasando ahí, en cada paso, en cada segundo.

Vivir el presente, sentirlo de verdad, respirarlo, disfrutarlo, aprenderlo, todo todo eso que implica estar plenamente atento a lo que está pasando. Tenemos millones de destalles que te retraen al pasado o que te proyectan a futuro, pero la libre sensación de sentirse viviendo el presente es un regalo divino.
Hoy estoy viviendo el presente. Estoy disfrutando el presente. Estoy viviendo intensamente cada segundo que la vida me regala en el mismo instante que lo estoy viviendo. Estoy viviendo intensamente, Me han enseñado a vivir intensamente. Y puedo declarar que se siente bien, lo que claramente me lleva a concluir que quien me ha enseñado a sentirlo y vivirlo de esa forma es parte esencial dela felicidad que siento en este momento de reconocer que el presente se puede sentir de esta manera. Feliz de sentirlo así.