Kilómetro Cero.
No se hacia donde voy. No, más bien si se hacia donde voy o mejor dicho si se donde quiero estar. Y simplemente digo que quiero estar aquí. En este nuevo espacio, ese que he comenzado a diseñar y ocupar con cada uno de mis sensaciones, de esas que logras traspasar de la eternidad a la realidad y ves como se concretan en un detalle, un espacio, un color, un elemento, etc.
No se de donde vengo. No, mas bien si reconozco un pasado que a veces sonrie y a veces atormenta, pero que de una u otra forma entregó una base, que solo se quedó en base y hoy no llega a ser presente.
No se lo que soy, pero si tengo claro lo que quiero. Y eso que quiero lo comienzo a construir paso a paso, detalle a detalle, desde el no saber donde ir y desde el no saber de donde venir. Lo que quiero decir, es que solamente el mundo que quiero lo comienzo a construir desde el presente, este presente que me va entregando día a día cosas nuevas, sensaciones nuevas, colores nuevos, y que va abriendo un horizonte que hasta el día del pasado estaba limitado a pocas dimensiones y que hoy comienza a encontrar diversas formas de expresarse.
Hace unos días comenté: “en mi vida pasada debí haber sido ratón, porque me fascinan los quesos”. Y en ese momento quien estaba conmigo me corrigió y me dijo: “no te cuestiones lo que fuiste en otras vidas, sino que más bien piensa en que vas a ser en la vida siguiente”…Y fue como un mazazo en la cabeza, porque me enseñó que en vez de mirar hacia atrás o dejarse caer en una frustración por lo que no fuiste en esta vida, simplemente me invitó a soñar con la siguiente, aquella que se puede comenzar a escribir desde hoy. Llamaré a ese instante “kilometro cero”, aunque varios hechos anteriores en días o semanas fueron los que derivaron este presente, creo que ese fue un momento clave que merece llamarse punto de partida.
Y eso es lo que he decidido, comenzar a delinear mi futura vida, esa que tiene como base una gran mochila de experiencia y emociones, pero que a su vez tiene un gran sueño, uno que me llena de energía y de ganas de construir.
Y ese nuevo mundo lo comencé a construir ya hace algunas semanas, solo que hoy estas líneas comienzan a ser testigo de cada paso de esa carrera que no tiene planificación, si no que más bien tiene un objetivo y de esa ruta que se irá delineando día a día, equilibrando la razón y la emoción pero no dejando escapar ningún segundo sin sentir plenamente lo que estoy respirando, lo que estoy viendo, lo que estoy tocando, lo que estoy escuchando, lo que estoy saboreando, simplemente lo que estoy viviendo.
Y como bien sabemos que “merecemos lo que soñamos”, este mundo que estoy construyendo viene acompañado de un sueño, del que quedará registro en esta columna. Y será aquel que quiero ser en mi siguiente vida, con el pequeño detalle que esa otra vida ya la comencé a vivir desde el momento que comencé a soñar con ese nuevo mundo.
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