viernes, 24 de septiembre de 2010
El sueño al comenzar un viaje
El sueño al comenzar un viaje
El gusto por viajar y también mi trabajo, me han llevado muchas veces a recorrer diferentes ciudades, países, lugares, que están llenos de cosas nuevas, de cosas antiguas, de pasado, de presente y también de futuro.
Pero hay una sensación que he sentido en algunos de esos viajes que me inunda en este presente, el del kilómetro uno.
Lo recuerdo de China, de San Francisco, de New York, de Buenos Aires, etc., etc., etc… en cada ocasión , recorrí mercados, ferias, galerías, calles, vitrinas, espacios, lugares varios… y cada vez que partí esos recorridos, mi mirada se detuvo en algo que llamó mi atención, un objeto, un libro, una camisa, un pantalón, un anillo, que se yo, cualquier cosa que en ese momento captó mi interés y que quise preguntar por él, comprarlo, fotografiarlo, regalarlo, etc etc etc. Y creo que puedo decir que en cada uno de ellos, me dije, No, stop, es la primera cosa que ves, esa primera cosa que causa una emoción, no la puedes comprar o fotografiar o hacerla tuya,… tienes que mirar más, que esta ciudad o feria o calle te brindará nuevas cosas, nuevas experiencias, nuevos objetos, nuevas emociones, que te harán pensar que lo que viene por delante es mejor de lo que acabas de ver o de dejar atrás, especialmente porque es lo primero que ves. Y muchas de esas veces nunca volví al mismo lugar de inicio o no existió el tiempo para devolverme y buscar aquello que me gustó o llamó mi atención o simplemente la lejanía de haber avanzado mucho en el camino o el viaje no permitió ese vade retro para apropiarme de aquello.
Pero resulta que lo que estás viendo, que coincidentemente es lo primero que experimentas, te está cautivando, y muchas veces lo dejas pasar, pensando en lo que encontrarás más adelante en esa calle, en esa feria, o donde estés. Pero no recuerdo muchas veces en las cuales no me haya arrepentido de no haber tomado o comprado o apropiado eso que fue lo primero que vi. Por lo tanto, después de sentir muchas veces esa sensación, lo que hoy hago es dejarme llevar por mi emoción o mi instinto y apropiarme de eso que, aunque sea lo primero que veo, es lo que me está cautivando.
Bueno, hoy estoy en el kilómetro uno de mi nueva vida, y es como el inicio de un viaje. Y vaya la curiosidad, en frente de mis ojos (más bien de mi corazón) está alguien que me cautiva, que me seduce, que me impresiona y especialmente que me hace sentir bien. Y viene sobre mi mente todas esas cosas descritas, todo ese arrepentimiento de no tomar o apropiarse de eso que te impresionó a la primera, esperando ser impresionado por la segunda, la tercera o la cuarta.
La diferencia es que se trata de una experiencia bidireccional, que al otro lado también hay una historia, un viaje, un sueño. Pero no es fácil sintonizar sueños, espacios, prioridades, miedos, sensaciones y todo eso que comienza a inundarte en algo que se está gestando entre dos personas.
Por qué dejarla ir, cierto? Porque dejar que su miedo la cautive?, y aunque debo ser empático y entender su miedo, lo que no entiendo es lo que a mi me pasa. Y eso es más cautivante aún.
Empatía es una palabra que ha estado en mi set evocado de valores que he cultivado en la vida. Esa palabra hoy parece jugar en mi contra y me hace también llenarme de miedo. Me siento igual que muchos de esos primeros momentos de esos viajes que mencioné, en que algo te está cautivando y por algún motivo, el cual creo que en este caso es exógeno, te detiene a seguir experimentándolo.
Pero, cómo diferenciar el estar deteniendo sus sueños, de la sensación de estar formando parte de su sueño?, en especial cuando yo ya he vivido experiencias que ella no.
Algo tengo claro, como al inicio de un viaje, hoy me dejo llevar por mi instinto y emoción…, y eso al menos hace de que ella si comience a formar parte hoy de mi sueño.
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